Elegimos el colchón más chico y pareció de dos plazas, cuando el colchón terminó bienvenido fue el piso del comedor de su casa. A cada beso caía una estrella,
cada arañazo calmaba el dolor. Cuando me acuerdo de ella levanto mi vaso y brindo
adonde quiera que estés por nuestra canción. Se juntaron Rosario y la Capital,
se juntaron el bien y el mal, se juntaron dos almas en una sola…se juntaron Sabina
y Piazzolla. Se juntó una religión que era puro corazón con otra que nunca existió,
se juntaron dos camas y no alcanzaban para tanto fuego, tanta acción,
TANTO DESCONTROL.
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